viernes, 5 de abril de 2013

El diamante heleno

Nunca me he considerado un mitómano ni he comprado compulsivamente la camiseta de mi jugador fetiche, es más, nunca he sido dado a la compra de productos deportivos del equipo al que sigo o del jugador que más admiraba en un momento u otro. Aunque he de reconocer que entre mis escasas pertenencias deportivas guardo con cariño cuatro camisetas que tienen un sentido que va mucho más allá del puramente deportivo: la primera camiseta que me regalaron del Real Madrid (con el 7 de un tal Raúl a la espalda), una camiseta de Champions del Madrid (la más bonita que he visto hasta la fecha) y la camiseta de Dallas Mavericks con el gran Dirk Nowitzki serigrafiado en la parte de atrás.

He dicho cuatro y he nombrado tres, la cuarta es la que da sentido a este post, por eso la he dejado para el final. Era el verano de 2007, unos 40 grados en el centro de Atenas y el que escribe estas líneas desesperado por encontrar una tienda de deportes donde le vendieran la camiseta de la selección griega de baloncesto, no sólo eso, era necesario que la camiseta llevará el número 13 y el nombre de Diamantidis. Tras recorrer el centro de Atenas, entrar en varias tiendas de deporte y no encontrar el preciado tesoro, me detuve un momento delante de una calle estrechísima, llena de puestos de mercadillo, y entre falsificaciones, bolsos y pulseras de ojos turcos me pareció atisbar una pequeña tienda de deporte. Era la tienda de deporte más pequeña que había visto en mi vida, pero también era la tienda de deporte con más camisetas de fútbol y baloncesto que había visto nunca. Entré y con un "perfecto inglés" solicité la camiseta de Dimitris, el empleado sonrió y me preguntó: ¿Italiano?, no, le respondí, español, No problema parlo italiano. Un obstáculo menos, pensé al instante.

En cuanto mencioné selección griega de baloncesto el dependiente me preguntó que si quería algún nombre por detrás, en cuanto le dije que sí se apresuró a buscar el nombre y el número de Papaloukas, yo le dije que no quería ese jugador, que me serigrafiara el número 13 y Diamantidis, la reacción del dependiente fue de sorpresa, me comentó que casi todos los que compraban la camiseta se llevaban la de Papaloukas, pero que siendo sinceros el verdadero líder silencioso de los helenos era Diamantidis, nos empezábamos a llevar bien.

Una vez con mi preciado tesoro entre las manos, volví a España y tengo que decir que me pondría esa camiseta no más de 4 veces, incluso siendo una persona que practica el baloncesto, ya lo he dicho, no soy muy dado a la compra de este tipo de productos y por lo tanto tampoco a su uso. Guardo esa camiseta con mucho cariño, no ya por la tremenda admiración que siento por el jugador, sino porque me recuerda muchas otras cosas, todas buenas, y por ello escribo este post sobre Diamantidis, cuya camiseta representa para mí mucho más que un simple trozo de tela, representa una época en la que todavía estaba permitido idolatrar a un jugador que siempre ha traspasado la cancha de baloncesto, un jugador único, mítico. Esta, a mí manera, es su historia.


Kastoria, el comienzo de todo

Dimitris Diamantidis nació un 6 de mayo de 1980 en la localidad griega de Kastoria (pequeña ciudad griega (alrededor de 16.000 habitantes) situada en la orilla occidental del lago Orestiada, geográficamente enclavada en el noreste de país. Es la capital de la prefectura de Kastoria).

A la edad de 14 años un joven Dimitris comenzaba su andadura baloncestística en el equipo local de Kastoria, su posición siempre fue la de base,  su gran altura para el puesto (aún no había llegado al 1,98 definitivo pero tenía una altura que rondaba el 1,90) y su gran envergadura le convertían en un base atípico, que ya desde joven dominaba los partidos a su antojo. Tras 5 años en el Kastoria, en 1999 era fichado por el Iraklis BC de Salonica, verdadero punto de inflexión en su carrera, ya que tras triunfar en el Iraklis sería fichado por el Panathinaikos.


Salonica, escala para la llegada definitiva a Atenas

Ya hemos apuntado la importancia de su llegada a Salonica, en el Iraklis BC Dimitris militó desde 1999 hasta 2004, su verdadera explosión se dio en la segunda temporada, consiguió que el Iraklis se codeará con los grandes mitos griegos del baloncesto, Olympiacos y Panathinaikos, además de dejar su impronta en la liga griega, en 2001 ya era seleccionado por el combinado heleno consiguiendo una medalla de plata en los Juegos del Mediterráneo que se disputaron en la ciudad italiana de Pescara.

Dimitris siguió con su progresión dentro del Iraklis lo que le llevó a conquistar el MVP de la Liga Griega en la temporada 2003-2004, confirmación definitiva dentro de la liga y pasaporte directo a Atenas, donde el joven de Kastoria se convertiría en leyenda del baloncesto griego, europeo y mundial jugando a las órdenes de genio Zeljko Obradovic.


Atenas:  última parada, la forja de un líder




Con la llegada a Atenas en la temporada 2004 Diamantidis entraba a formar parte de la élite del baloncesto heleno, su proyección iba mucho más allá del campeonato doméstico, su imagen empezaba a cobrar importancia en los círculos de élite del baloncesto europeo, considerándole, ya en este primer momento, como el mejor y más completo base de Europa.

Con el Panathinaikos comenzaron a llegar los éxitos colectivos a la par que los individuales, esta explosión en su club tuvo su repuesta en la selección griega, donde rodeado por la mejor generación griega de jugadores, desde la generación liderada por Gallis, consiguieron poner de nuevo el baloncesto griego en el panorama deportivo mundial.

Hasta la fecha Diamantidis ha conseguido dentro de la competición doméstica: 7 ligas griegas (2005, 2006, 2007, 2008, 2009, 2010 y 2011) y 6 copas griegas (2005, 2006, 2007, 2008, 2009 y 2012). A nivel europeo de club puede alardear de haber conquistado en 3 ocasiones el máximo torneo continental, la Euroliga (2007, 2009 y 2011). Todos los títulos conseguidos han sido jugando en el Panathinaikos, equipo del cual es capitán y carismático líder.



Diamantidis levantando la Euroliga de 2007, en la que además fue nombrado MVP de la Final Four



Selección griega: líder de un grupo histórico



Jugador que nunca se arruga, frente a frente los dos mejores jugadores exteriores de la Historia de Europa y de la Euroliga: Juan Carlos Navarro y Dimitris Diamantidis


Tras muchos años de peregrinaje por el desierto la selección griega de baloncesto se reencontró a si misma en el Europeo de Baloncesto de 2005 disputado en Serbia y Montenegro, con una nueva generación de jugadores liderada por Diamantidis, Papaloukas o Spanoulis entre otros, el combinado heleno se alzó con el preciado oro, esta generación estaba llamada a hacer grandes cosas, algo que demostraron al año siguiente en el MundoBasket de Japón, donde contra todo pronóstico destrozaron a EE.UU. en las semifinales de la competición, no pudiendo completar al sueño al caer en la final de manera clara ante la selección española de baloncesto, liderada de forma sensacional por Juan Carlos Navarro y Pau Gasol.

A pesar de perder la final, la selección griega se había convertido en un rival muy a tener en cuenta, y en años posteriores sus actuaciones tanto en Europeos, como Mundiales e incluso Juegos Olímpicos ha sido destacada, todo gracias a una generación de excelentísimos jugadores, liderados, una vez más, por Dimitris Diamantidis.


Siempre en la cumbre: repaso individual a la carrera de Dimitris Diamantidis

Estadísticamente Diamantidis siempre ha sido un jugador muy regular y completo, desde que está en el Panathinaikos sus números así lo atestiguan: 9,5 puntos, 4,1 rebotes, 3,8 asistencias, 1,8 robos y 0,5 tapones. Además de contar con un 48,3% en tiros de campo, un 41,5% en tiros de tres y un 80,5% en tiros libres.

Mención a parte debemos hacer a sus números en Euroliga, donde siempre ha sido un jugador determinante, sobre todo en la faceta defensiva. Sus números en la competición desde 2004 (año de su debut en la competición): 9,3 puntos, 4,1 rebotes, 3,7 asistencias, 1,9 robos, como podemos observar es un jugador de una tremenda regularidad, calca prácticamente los números de su carrera con sus números en Euroliga. (Las medias están calculadas con los datos de su carrera dentro del Panathinaikos).

Una vez analizados sus números es necesario hacer una mención a todas sus distinciones individuales, que por otro lado no han sido pocas: MVP de la Euroliga en 2011, MVP de la Final Four de la Euroliga (2007 y 2011), Quinteto ideal de la Euroliga (2007, 2011, 2012), Mejor Defensor de la Euroliga (2005, 2006, 2007, 2008, 2009 y 2011), Miembro del Quinteto ideal de la Euroliga Década 2001-2011, MVP de la Liga Griega (2004, 2006, 2007, 2008 y 2011), MVP de la Copa Griega (2009), Mejor jugador europeo del año (2007), MVP All Star griego (2005, 2006) y Atleta griego del año (2007).

Como podemos observar se trata de uno de los jugadores más laureados, tanto a nivel individual como a nivel colectivo, de la Historia del baloncesto europeo, lo que no hace otra cosa sino refrendar su categoría de leyenda viva del baloncesto en particular y del deporte en general.


Un base atípico: defensa e intangibles

Diamantidis es un base alto (1,98cm) con una gran envergadura que le permite ser un defensor temible, además de sus características puramente defensivas estamos ante un jugador con un tremendo control del tempo del partido, además de ser un gran asistente y un tirador exterior más que fiable, su amenaza como tirador exterior también le permite convertirse en una opción para romper defensas, su gran envergadura también le permite ciertas licencias a la hora de entrar a canasta, convirtiéndose en un gran penetrador (su manejo de ambas manos le hacen todavía más peligroso) y en un asistente de lujo para los hombres altos.

Pero si por algo destaca Diamantidis, bajo mi punto de vista, es en los intangibles, eso que los expertos conocen como factores que tienen una gran influencia en el juego pero que no se ven reflejados en las estadísticas, su influencia en el juego de ataque y defensa de su equipo es impresionante, es el jugador con más influencia en el + - de su equipo en toda Europa y su sola presencia en la cancha ya es motivo de preocupación para el entrenador rival, pilar de Panathinaikos y de la Selección griega, Diamantidis es a todas luces el jugador más influyente sobre una cancha de baloncesto de todo el Viejo Continente.




Su gran envergadura le permite tener una gran potencia en el juego interior, incluso puede medirse a los pivots más duros defensivamente de Europa, como en la imagen demuestra su enfrentamiento contra Fran Vázquez



Epílogo: ¿Hacia una nueva Final Four?

Ayer conocíamos los emparejamientos de los Cuartos de Final de la Euroliga, el Panathinaikos se las verá con el Regal Barça, o lo que es los mismo Navarro-Diamantidis, os invito a que si tenéis ocasión veáis este duelo, se enfrentan los dos mejores jugadores exteriores de Europa, será una batalla increíble, quien pase tendrá billete para la Final Four, convirtiéndose casi de manera directa en favorito para alzarse con el trofeo.

Diamantidis seguirá monopolizando el juego de los atenienses, siendo clave en todas y cada una de las jugadas donde participe (y en las que no, esos intangibles), siendo el asesino implacable (como más de una vez lo ha definido Lalo Alzueta), siendo el líder silencioso (como lo definió en 2007 aquel dependiente ateniense), siendo el verdadero diamante heleno (como una vez lo definió el eterno Zeljko Obradovic)









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