El equipo volvía a jugar ante su público tras 2 jornadas jugando como visitante y lo hacía en un día lluvioso y con fuertes rachas de viento. Nos visitaba Burgohondo. Después de una semana de lluvias el terreno de juego se encontraba en unas buenas condiciones. El drenaje del campo y Julio hicieron un buen trabajo. Otra cosa sería ya la segunda mitad del encuentro, tras 45 minutos más de lluvia y 22 jugadores corriendo, el campo dijo basta y ya no era capaz de drenar más agua. Una de las áreas se convertiría en una balsa en la que era imposible controlar o despejar el balón. Con todo ello comenzaría el encuentro. Once inicial:
VÍCTOR - 1
MAKOKI - 18 SANTI - 15 IVÁN - 16 PETE - 3
ROMA - 10 TORE - 19
IGNACIO - 20 ROBER - 11 EDSON - 14
BERTO - 7
BANQUILLO: YANIS Y RUBÉN
La primera parte se desarrolló bajo fuertes rachas de viento a favor del ataque del equipo visitante, eso propiciaba contras rápidas a su favor. Con todo ello seriamos nosotros quienes nos adelantaríamos en el marcador, un buen desmarque de Berto le hacia quedarse delante del portero visitante quien despejó bien su lanzamiento, pero el rechace quedaba franco para que Roma llegando desde segunda linea abriera el marcador. Poco nos duraría la alegría ya que en un ataque del equipo de Burgohondo el arbitro, el señor Antonio del Bosque decide pitar penalti por una mano que sólo el ve. El balón golpea a nuestro jugador en el estómago y para mas inri, la marca del barro y del agua del pelotazo se queda marcada en la camiseta de nuestro jugador, pero el colegiado seguía diciendo que era mano clarisima, con ese aire de chulería que caracteriza a este personaje. Intentando olvidar la jugada, buscamos de nuevo el gol, y llegaría por medio de Ignacio. Un buen pase de Rober a la espalda del lateral izquierdo el 20 morado ganaba en velocidad y tras un magistral golpeo desde 15 metros ponía el 2-1 en el marcador. Recuperábamos la diferencia en el resultado y en el juego. Antes de terminar la primera mitad llegaría el empate de Burgohondo tras una contra rápida que nos pilla con pocos jugadores en defensa. Con el 2-2 en el marcador nos marchábamos a los vestuarios.
La segunda parte comenzó con más agua y más viento. Era muy difícil jugar el balón por bajo y todas las oportunidades residían en balones a la espalda de la defensa visitante. En un ataque del equipo de Burgohondo el colegiado decreta de nuevo penalti en contra del Barco. No sabemos si es obsesión lo de este personaje con nosotros o es su incapacidad para desarrollar esta labor. El lanzamiento era detenido por un soberbio Víctor. El equipo enrabietado con la actitud del arbitro decidió seguir buscando el gol de la victoria y llegaría tras una buena jugada de Roma en el área visitante. El defensa zancadilleó a nuestro capitán en una acción que era tan clara que no había nadie en el mundo que no pitara penalti. El lanzamiento lo convirtió en gol Berto. Así con el 3-2 llegaríamos a los minutos finales. Y sería en el minuto 93 y en la última jugada del encuentro en la que tras un córner, un jugador de Burgohondo sufre un desmayo al mas puro estilo Dani Alves o el mismísimo Busquet y el señor Antonio del Bosque no se le ocurre otra cosa que pitar el TERCER PENALTI a favor de Burgohondo. El 4º de la tarde. No nos podíamos creer lo que estábamos viendo. Con el lanzamiento convertido en gol el arbitro pita el final del partido y no da opción a que saquemos de centro.
No somos ni el Real Madrid, ni el Barcelona, no cobramos por esto, nos jugamos la salud en cada partido, al igual que todos nuestros compañeros de esta liga, pero lo que no vamos a consentir es que se rían de nosotros. Después de 90 minutos en los que no ha parado de llover, con fuertes rachas de viento y unas temperaturas que hacían que no pudiéramos ni sacar de banda porque los músculos se agarrotaban, aparece un señor que con su prepotencia y chulería decide jugar con la ilusión y compromiso de un equipo y su afición. Y más en un partido en el que el comportamiento de los 2 equipos ha sido excelente. Tras lo sucedido, el equipo esta manejando la opción de abandonar la competición. Ya son muchas las que hemos sufrido, tanto por parte del estamento arbitral como de la federación y no estamos por la labor de poner más la mejilla, llega un punto en el que te acabas cansando de ciertos comportamientos.
